La inmigración no disminuye el salario de los trabajadores nacidos en EEUU, sino que este grupo, sea cual sea su nivel de estudios, registra un modesto incremento de sus sueldos como resultado de la nueva inmigración.
"A largo plazo, la inmigración no tiene un impacto global en la media nacional del salario", concluye el estudio "Inmigración y Salarios" publicado hoy por el Instituto de Política Económica (EPI, en sus siglas en inglés).
Los datos del Departamento de Trabajo de EE.UU. demuestran, según el informe, que la llegada de 9,6 millones de trabajadores inmigrantes durante 1994 y 2007 aumentó un 0,4 por ciento (o 3,68 dólares) las pagas semanales de los trabajadores nacidos en el país.
Sin embargo, la llegada de nuevos inmigrantes sí redujo un 4,6 por ciento (o 33,11 dólares) los sueldos de los trabajadores que ya estaban en el país, pero habían nacido fuera.
Por tanto, los trabajadores estadounidenses "no compiten codo con codo" con los inmigrantes para encontrar trabajo, concluye el autor del trabajo, el economista del EPI, Heidi Shierholz.
Pero quienes sí compiten entre sí son los nuevos inmigrantes y los trabajadores nacidos fuera de Estados Unidos, porque ambos sufren obstáculos similares en el mercado laboral, como pueden ser desventajas lingüísticas, indica el informe.
Otras conclusiones del estudio afirman que la inmigración incrementa moderadamente los salarios de los hombres nacidos en EE.UU. con estudios superiores a los de secundaria.
Sin embargo, aquellos que sólo han estudiado secundaria vieron caer sus sueldos ligeramente, un 0,2 por ciento, respecto a los trabajadores nacidos fuera.
En cuanto a las mujeres de cualquier nivel educativo, sus pagas pueden o bien disminuir un poco o seguir igual, sin verse afectadas de manera notable.
No obstante, la educación y el género sí influyeron notablemente en el colectivo de trabajadores nacidos fuera del país.
Las mujeres sin estudios secundarios sufrieron una pérdida de sus sueldos de un 2,5 por ciento y las que tienen un título universitario, un 7,1 por ciento.
En cuanto a la edad, el estudio indica que los trabajadores más jóvenes nacidos en EE.UU., con una experiencia laboral de uno a diez años, registraron un modesto aumento de sus sueldos gracias a la inmigración (0,8 por ciento), en relación a los trabajadores extranjeros.
La tendencia se invierte entre los colectivos de trabajadores con más experiencia laboral, que vieron una bajada de sus sueldos de un 0,3 por ciento, en comparación con quienes nacieron fuera del país.
El impacto de la inmigración en los cuatro estados con más trabajadores inmigrantes -California, Florida, Nueva York y Texas- sigue también la misma tendencia generalmente positiva que la media nacional.
Aún así, se identificaron diferencias entre subgrupos, como es el caso de California, donde los trabajadores nacidos en EE.UU. sin estudios secundarios registraron una caída de sus sueldos de un 1,6 por ciento en relación a los trabajadores nacidos fuera. Florida experimentó el efecto contrario: estos vieron incrementos de un 1,2 por ciento.
En cambio, los cuatro estados coinciden con la tendencia nacional de que los trabajadores nacidos fuera de cualquier nivel de estudios sí se ven influidos por la inmigración reciente, que provoca la caída de sus salarios.
El autor del estudio aseguró que estos datos demuestran que "la inmigración tiene muy poco que ver" con la bajada de los sueldos y apuntó a otros factores explicativos, como "tácticas agresivas contra sindicatos, la pérdida del poder adquisitivo del salario mínimo o el comercio extranjero desequilibrado".
Fuente: EFE
miércoles, 17 de febrero de 2010
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