El Papa declaró que la inmigración es un gran problema que no puede resolver Malta de forma solitaria, sino que todos debemos responder a ese desafío, esforzarnos para que toda esa gente pueda encontrar un trabajo en su tierra y tener una vida digna, incluso en los nuevos lugares adonde llegan.
El Pontífice dijo que la fe es la fuerza que da caridad e imaginación para responder a estos desafíos.
Su visita a Malta, afirmó, es para conmemorar el aniversario del naufragio de san Pablo y resaltó la figura del apóstol, al tiempo que dijo que la fe es importante hoy día para la relación con Dios.
Subrayó además que Malta es el segundo país del mundo por vocaciones religiosas.
EFE
domingo, 18 de abril de 2010
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